La princesa hace su aparición

Murmullos y el ruido que hacían las sillas al levantarse sus ocupantes inundaron la sala de reuniones en la que se daban cita los miembros del Consejo y las autoridades locales. Hubo más de un gritito ahogado por parte de algunos humanos cuando se percataron de mi presencia. La secretaria que había anunciado mi llegada temblaba a mi lado, como si sintiese algún tipo de aversión a los vampiros.

-Disculpen la intromisión -Mi voz alta y clara resonó por la sala acallando de inmediato a los presentes-. Me temo que llego un poco tarde. Permitan que me presente, soy Lily Attwood.

Varios de los vampiros del Consejo comenzaron a cuchichear entre ellos y esperé pacientemente una respuesta. Finalmente un par de ellos, trajeados y de semblante serio, me acercaron una carpeta y unas gafas y me invitaron a tomar asiento en su lugar.

-Princesa -Los asistentes me saludaron por mi título a medida que iba caminando hacia mi sitio y yo inclinaba levemente la cabeza a modo de respuesta.

Una vez acomodada, el ambiente se relajó y dio comienzo la reunión. Me coloqué las gafas y me dispuse a leer la información que contenía la carpeta. Estaba tan acostumbrada a la rutina de estas reuniones que después de unos minutos parecía como si no hubiese dejado de asistir nunca. Los ministros de mi Consejo solicitaron mi aprobación varias veces, y otras tantas se abrió el turno de palabra para debatir acerca de temas de interés. Escuché con infinita paciencia las propuestas más revolucionarias en lo referente a los cazavampiros y después las desestimé por considerarlas poco éticas.
La mañana transcurrió entre papeles y cafés en aquella enorme mesa.

Entre en la sede con cara de pocos amigos al entrar todo se quedaron sorprendidos ya que irradiava furia mi aura emanaba mas oscuridad de la normal - el primer vampiro que se cruzo en mi camino y le dije tu donde esta el senador Dalan este contesto en la sala de juntas señor - bien llebame hay gire y vi todos los presentes diculpen mi modales e tenido un pesimo dia me gire otra vez para ver al joven vampiro y le dije bien llebame conel senador de inmediato- s-sii mi señor empezo a giarme atravez de un gran corredor hasta que llegamos al junta entre en la habitacion mire a todos y me detuve al ver a mi hermana hay .

Vaya hacen una junta sin mi bien gire la cabeza buscando a al senador Dalan cunado por fin lo vi le dije espero hay informado al senado de lo que le mande decir en mi carta de ayer.

Senador- A estaba apunto de hacerlo.

-Bien hagalo y despues quiero que hagan lo que le indique ya no quiero tener el poder del trono solo lo acepte hasta que apareciera mi hermana y ya aparecio asi que segun lo planeado y lo estipulado sedo el poder a mi hermana bueno eso es todo a Senador quiero que prepare todo para mi partida hacia londres y quiero que sea de inmediato bueno damas caballero eso es todo disculpen la intromicion mire a mi hermana con tristeza y luego sali a toda prisa de hay hacia el hotel para empezar a hacer maletas.

La sala se quedó en el más absoluto silencio después de que Alex se marchara. Yo suspiré y apoyé una mano sobre la frente, haciendo que mi pelo y las gafas resbalaran ligeramente. Cerré los ojos y comencé a hablar en esa posición.

-Señores, voy a dar por terminada la reunión. Hemos discutido todos los puntos del día y aprobado las propuestas presentadas a fecha de hoy. Quiero que quede constancia de las palabras de mi hermano en un documento escrito y que mañana se decida el traspaso de poderes. Creo que no he de advertirles que esto debe hacerse con discreción, estamos en pleno corazón de la ciudad de los cazavampiros y nunca se sabe lo que podría ocurrir.

Me levanté de la silla seguida de los demás y ordené los papeles que había manejado durante la reunión para poder colocarlos en la carpeta. Uno de los vampiros más antiguos del Consejo me acercó mi abrigo y me ayudó a ponérmelo.

-Excelente puesta en marcha, Lily. Aunque he de admitir que la decisión de tu hermano nos ha dejado consternados. Esperabamos que vuestra boda se celebrase pronto.

-No va a haber ninguna boda, Kyle -Repliqué mientras cogía la carpeta y comenzaba a andar al ritmo de aquel vampiro que me conocía desde que nací-. Después de la traición de Kaname no estoy para fiestas.

-No seas irresponsable, princesa. Con tus padres muertos y tus tíos sin descendencia los únicos que podeis perpetuar el linaje sois tu hermano y tú -Colocó su mano sobre mi hombro-. Me da igual lo que piense ese muchacho, Lily. Es tu deber, y para concebir nuevos vampiros sangre limpia no se necesita el amor.

Me sonrojé profusamente al oír semejante afirmación. Aquel vampiro tan viejo había sido uno de los mejores amigos de mis padres y yo sabía que lamentaba su pérdida tanto como yo. Durante un tiempo había sido él quien me había instruido las normas de protocolo, aunque más tarde había sido nombrado mi consejero personal. Respetaba mucho a Kyle, le consideraba mi segundo padre.
Me coloqué un mechón de pelo tras la oreja y desvié la mirada antes de responderle.

-Ya lo se. Si eso es lo que se espera de mí, lo haré.

-Ve a hablar con él, pequeña.

Le di la espalda y salí con paso firme de allí. Fuera me esperaba un taxi que me llevaría al hotel.

[Continúa en el Hotel, "No te vayas"]