Una charla incómoda

El vampiro sangre pura se aproximó a las escaleras donde se ocultaba Mireia. Ella se había quedado estática al notar su presencia, camuflándose en las sombras e intentando no ser encontrada. Sin embargo, Alexander la descubrió.

El chico se agachó hasta quedar a su altura. Mireia no levantó la cabeza. Intentó alejarse hacia una esquina, como si eso pudiese volver a mantenerla oculta de aquel hombre.

Generalmente mi personalidad era cruel y despiadada pero por alguna razon cuando veia a esta chica era como tener a Lily frente a mi asi que por una vez en demaciado tiempo tanto que no puedo ni recordar fui dulce y amable me agache y me puse a la misma altura que ella y dije con un tono de voz que nisiquiera parecia la voz de Alexander no llores con mi mano toque la cara de la chica y le limpie con el dedo pulgar una lagrima de la cara perdoname no era mi intencion ser tan cruel contigo y esque me molesto que irrumpieras en el cuarto de Lily y con respecto a lo otro que dije bueno serias capaz de perdonarme asumi una posicion como si estuviera dando pleitecia a un rey.

(espero respuesta)

Mireia dirigió sus ojos a los del chico sorprendida. Su carácter había cambiado radicalmente.

-Je... -Murmuró Mireia esbozando una sonrisa misteriosa.

Se levantó y miró a Alexander desde arriba.

-Hay cosas que no se pueden perdonar.

Después chasqueó los dedos y desapareció en una nube oscura.

Me puse de pie y me dije a mi mismo es cierto hay cosas que no se perdonan pero hay cosas que se pueden remediar despues de que mi intento por pedir disculpas fallo me puse en marcha a los aposentos de la guardia pues no pesaba dejar las cosas asi .






(CONTINUA EN LOS APOSENTOS DE LA GUARDIA PLANIANDO LA SALIDA DEL CASTILLO)