El extraño secreto de Lily

Matthew's POV

Me encontraba apoyado sobre una de las paredes del pasillo donde alojabamos a la realeza, la guardia, y algunos vampiros nobles en aquel palacio.

Lily dormía en su habitación y yo custodiaba su puerta. Por cuestiones de seguridad ésta se encontraba al final del pasillo, doblando una esquina camuflada bajo una gruesa cortina de terciopelo negro. Había un espacio muy pequeño entre la puerta y la cortina.

Una pequeña mano blanca movió la cortina con delicadeza. Después, la cascada pelirroja y las facciones de mi compañera me saludaron sin hacer ruido.

-No hace falta que me digas nada, ya lo sé. ¿Cómo está? -Preguntó en voz baja cruzando las manos tras la espalda.

-Aletargada sería una buena definición -Contesté secamente desviando la mirada hacia una de las paredes que parecían querer comprimirnos- Ahora duerme, así que será mejor que no pases.

-Ya, ya lo sé. No venía por eso -Replicó mientras colocaba la cortina tras de sí.

Después de unos minutos de silencio, volvió a hablar.

-¿No me vas a preguntar a qué venía entonces?

Entrecerré los ojos mientras observaba la cinta que llevaba en el pelo. La notaba extraña... como alterada por algo.

-¿A qué has venido entonces... Alyssia? -Inquirí arrastrando las palabras y sin dejar de observarla.

-Quería saber si... ahora que ha vuelto Lily -Levantó la mirada y fue una de las pocas veces que pude ver sus ojos. Eran muy enigmáticos- debo trasladar tus cosas a esta habitación.

Fruncí el ceño, desconcertado por aquella pregunta. En estos doscientos años, que yo supiera, no había dormido junto a la princesa a excepción de cuando decidimos traer al mundo a Dalkiel. Aunque eso era algo obvio y comprensible...

-Tú no eres la responsable de hacer los traslados, ¿me equivoco?

Permaneció en silencio.

-¿Por qué...?

Alyssia se envaró y no me permitió formular la pregunta. Me dio la espalda y yo alargué el brazo y agarré su mano antes de que desapareciera tras la cortina.

Ella me devolvió una mirada... ¿triste? Nunca antes había visto esa mirada en ella.

-Si me disculpas -Murmuró apretando fuertemente mi mano.

-Sí... -Contesté bajando la mirada hacia nuestras manos y devolviéndole el apretón. Mi mano parecía haberse comido a la suya- claro que te disculpo. Ve...


Después se soltó y lo último que me dejó fue el sonido de la tela de su vestido contra las paredes.