Y la vida continúa...

Aquella enorme y frondosa planta servía muy bien a mi propósito: permanecer oculto. Las rodillas se me estaban llenando de tierra pero me daba igual.
Esta vez no iba a perder, estaba seguro.

-Te encontré...

Su voz desganada resonó en mis oídos una fracción de segundo antes de que su mano se posara tras mi hombro. Me di la vuelta y contemplé el rostro imperturbable de mi hermano, que nunca mudaba de expresión. Podías decirle que acababa de estallar una bomba en su habitación que seguiría con el mismo gesto.

-¡Ah! ¡Adirael!

Me miró con aquellos ojos inexpresivos suyos y comenzó a hablar de nuevo.

-Me aburro Dalkiel, vamos a jugar a otra cosa.

-No vale -Me crucé de brazos y me dejé caer sobre el suelo de tierra mirándo enfurruñado hacia otro lado-. Tú siempre te aburres de todo enseguida. ¡Hmpf...!

-Eso es porque mi capacidad intelectual es superior a la tuya -Me tendió una mano suavemente y continuó susurrando su respuesta sin apenas ponerle interés-. Necesito nuevos retos. Mamá te pidió que me ayudaras, Dalkiel.

Alcé los brazos aprovechando que había reducido la distancia entre nosotros y le empujé el pecho haciéndole perder el equilibrio. Cayó de espaldas al suelo de tierra y me senté en su estómago triunfante.

-¿Ahora quién es el más listo? -Le miré enarcando una ceja, pero él como siempre me miraba con esos ojos vacíos de toda emoción-. Deja de ser tan apático. Te acabo de manchar la ropa, Adirael. Enfadate por lo menos.

-Lo estoy. Estoy muy enfadado y además me haces daño.

Unas manos grandes y unos brazos fuertes se enroscaron en mi cintura y me levantaron en el aire.
Oh oh...

-¿Se puede saber qué estás haciendo, Dalkiel? ¿Por qué estabas sentado encima de tu hermano?

La potente voz de mi padre y su mirada inquisitiva eran difíciles de rehuir.

-¡Ha empezado él! -Inflé los mofletes y apunté con el dedo donde yacía Adirael-. ¡Nunca se enfada y eso me saca de quicio!

-Eso no es verdad. Ya te he dicho que estoy muy enfadado.

El niño se sacudía los restos de tierra que tenía en la ropa sin perder la calma. Mi padre me dio unas palmaditas en la cabeza mientras se reía disimuladamente.

-Déjale, es su forma de ser. ¿Cuántas veces te he dicho que hay que respetar a todo el mundo?

Desvié la mirada avergonzado mientras mis mejillas se teñían de rojo.

-¡Matthew! ¡Matthew!

Una joven vampiro venía corriendo grácilmente hacia el lugar donde nos encontrábamos.

-¡Pero si estabais aquí...! Os estaba buscando a los tres.

-Hola Alyssia -Contestó mi hermano.

-Hola cosita. Cada día estás más alto -La mujer se dirigió a mi padre esta vez-. Lily nos está esperando. Ya va siendo hora de empezar a preparar el viaje.

-Sí sí, tienes toda la razón. Vámonos ya, no sé a qué estamos esperando. Dame la mano hijo, volvamos con tu madre para ultimar los detalles.

Adirael enganchó la mano de papá. Yo me acomodé contra su pecho y su otra mano me estrechó con fuerza para que no me callera.

-Desde que tienes hijos eres más alegre Matthew -Comentó la chica.

-Alyssia... -La voz del hombre tenía un deje de advertencia.

-Oh sí, niños, escuchadme bien. Vuestro padre ha sido un gruñón durante toda su vida...

Las palabras de Alyssia resonaban en mis oídos ha medida que contaba de nuevo esa historia.
Estaba tan contento que reprimí una sonrisa contra el hombro de aquel vampiro que era mi padre.

Spoiler:

Adirael (Izquierda) Hijo de Lily y Alexander. Dalkiel (Derecha) Hijo de Lily y Matthew.